Desde muy joven supe que la provincia Monte Plata tenía mucho que ofrecer a dominicanos y extranjeros. En cuanto a balnearios, quién no soñaba visitar los ríos Comate y Comatillo, siempre bien valorados por aquellas personas que se habían sumergido en sus aguas. Y qué decir de los grandes saltos con que cuenta esta parte de nuestra isla, siendo los más destacados el Salto de Socoa y los Tres Saltos de Bayaguana, aptos para toda la familia.

Pero es también Monte Plata una de las tres provincias que acuna el Parque Nacional Los Haitises. Este lugar cuenta con una belleza natural increíble y es una de las áreas con mayor biodiversidad, no solo para la República Dominicana, sino también del Caribe. Cabe destacar que Los Haitises es una de las principales fuentes de abastecimiento de agua de muchas zonas del país.
Baile y tradición
Es en el muncipio de Yamasá que tiene lugar una de las más importantes manifestaciones culturales de la isla: la fiesta de los hermanos Guillen. Esta celebración se realiza el domingo previo al 13 de junio (día de San Antonio), desde hace ya más de cien años. El objetivo de esta festividad es la de mantener viva la identidad y la cultura dominicana.
En cada espacio del lugar predomina la alegría, el baile de gagá, salve, palo, perico ripiao, entre otros ritmos y una sencilla, pero interesante, muestra de arte taíno a través de su artesanía.
En materia de tradición religiosa hay lugares singulares para visitar en Monte Plata. La antigua iglesia Nuestra Señora de las Aguas Santas que se encuentra en el municipio de Sabana Grande de Boyá, está considerada como un patrimonio cultural por su arquitectura de tiempos de la Colonia.
Actualmente, erigen en el municipio de Bayaguana el gran santuario, Santo Cristo de los Milagros, el cual acogerá a devotos, peregrinos, turistas y personas de todas las denominaciones religiosas que quieran tener un espacio de oración. (Hoy en día hay una iglesia que lleva su nombre, pero ha quedado pequeña ante la manifestación de feligreses).
Cuenta la leyenda que un gran Cristo apareció tallado en una madera a principios del siglo XVII. Se le atribuye que la madre ciega de la niña que encontró el madero recobró la vista. De ahí viene la devoción y la solicitud del mismo pueblo de que tenga su santuario, pero el hecho de que aún no tenga esa gran casa para acoger a sus feligreses, no impide que cada año cientos y cientos de personas peregrinen hasta allá con sus ofrendas.
Como puedes apreciar, mucho qué ver y disfrutar en Monte Plata, por eso te invitamos a que te dejes contagiar de todo lo que tiene para ofrecerte esta provincia. De seguro será una inmersión en su naturaleza, religiosidad y su cultura en general.