El año pasado Luis Ramón sembraba algunas plantas junto a su hijo de ocho años, para ambientar parte del patio en el que quizás a la misma edad corría de niño. Se trata de un terreno familiar que ambientaba para el inicio de un proyecto en el que ha involucrado, además de recursos materiales, el entusiasmo de toda la familia. Su nombre es Cabrera Lodge, una iniciativa que proyecta la construcción de 25 villas familiares para vacaciones, cuyas primeras tres ya son una realidad.
Al entrar al complejo, notarás que llegaste a un espacio pensado para toda la familia. Separadas por una pared, pero con puertas que las unen, cada villa cuenta con amplias áreas verdes, terraza al aire libre, rodeada por las plantas que Ramón y su hijo sembraron junto con sus colaboradores y algunas palmeras que forman parte de la ambientación. Hay espacio para que los niños jueguen y corran libremente, incluso para las mascotas de la familia; trampolines, hamacas, otra terraza con techo de madera, cocina exterior con barbacoa y piscina para grandes y chicos.
Al entrar a cada villa, notarás un ambiente totalmente climatizado con aires acondicionados y la buena noticia de que el proyecto ha decidido apostar por la energía solar, para tener un menor impacto ambiental y que quienes los visiten no se preocupen por una facturación eléctrica aparte, como sucede en otras zonas turísticas.
Lo primero que encuentras al entrar es que son villas llenas de luz, porque han sido trabajadas con transparencia, en lugar de paredes de concreto, para aprovechar la luminosidad natural. Cada una cuenta con sala, comedor y cocina, totalmente equipadas, incluyendo TV inteligente y servicio Wifi para aquellos que gustan de una noche de películas, y juegos de mesa, para quienes prefieren interactuar sin tecnología. Luego hay tres amplias habitaciones cada una con baño y con camas suficientes para recibir a 11 personas en cada villa.
La agenda experiencial que ofrece Cabrera Lodge puede incluir, además, paseos a caballo por la montaña o a orillas de la playa, cenas o barbecue a la carta con un chef o servicios de cocina y limpieza diaria, de acuerdo con las demandas del grupo, porque su propietario explica que lo más importante es que quien les visite se sienta bien.
“Tenemos un manual de huésped que explica lo que tiene cada villa, detallado, pero también lo que ofrece el pueblo y no porque lo buscáramos en Google, sino por nuestra experiencia de tantos años, probando qué comer y qué hacer en Cabrera“, afirma Ramón.
Teniendo sus orígenes en Cabrera, la familia Ramón se manifiesta dispuesta a orientar a sus visitantes sobre los mejores atractivos de la zona, entre los que destacan: Playa Los Cocos, Arroyo Salado, monumento natural El Saltadero, Blue Lake y Laguna Dudú.
La propiedad se encuentra a tan solo 500 metros de la entrada principal del municipio de Cabrera, con fácil acceso a las playas Caletón, Preciosa, Playa Grande y Laguna Dudú.
“Crear este negocio de hospitalidad fue un sueño, porque siempre me ha gustado hacer sentir bien al otro, y estaba buscando qué tipo de negocio podría funcionarme, que yo pudiera invertir mi pasión, sintiendo mi vocación que era hacer sentir bien al otro. Analicé desde restaurantes hasta otros negocios de servicios, hasta que dije, vamos a darnos el chance con nuestra casita de veraneo, alquilándola y en eso estuvimos tres años…De ahí surge el proyecto Cabrera Lodge“, cuenta Ramón.
La familia Ramón sigue visitando su “Casita de Cabrera“, como llaman a su primera propiedad, la cual también tienen disponible para rentar, bajo reservas, igual que las villas de Cabrera Lodge. La Casita de Cabrera tiene un concepto más de casa de campo, pero también con la comodidad de tres habitaciones con capacidad para 10 personas, jacuzzi con capacidad para 12 personas, un idílico espacio al aire libre de 2,500 metros cuadrados, cancha de voleibol, trampolín y billar.
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