Pintando el turismo con colores

Hoy recuerdo como ayer cuando asistí cuatro veces a la función de Tovar Surrealismo Vivo en la Plaza España de la Zona Colonial de Santo Domingo, hace justamente un año. Recuerdo, como cada vez que lo veía los sentimientos me hacían vibrar el alma, como quería que mis amigos me acompañaran a ver el espectáculo de una hora para intercambiar ideas sobre la vida artística de Iván Tovar, el artista surrealista dominicano.

En la más reciente emisión de nuestro programa, Párate Ahí Tours radio, hablamos sobre los colores del turismo y sus características. Con Tovar hice turismo naranja, al igual que cuando conocí San Luis Potosí, en México e hice el tours «Sentir para ver», un recorrido que se realiza por las calles de esa ciudad con los ojos tapados, guiados por personas con discapacidad visual que te motivan a «ver» por medio de los olores, los sabores y el toque con las manos sus diferentes atractivos.

Este turismo se basa en lo cultural y la creatividad, ya que se desarrolla de manera sostenible para mostrar a los turistas su actividad cultural, económica y social a través del turismo responsable con el patrimonio.

José Luis Ramírez disfrutando del turismo azul en las playas de Barahona, República Dominicana

Por otra parte, soy de una tierra bonita, lejana y profunda, a la que llamaron Barahona y apodaron La Perla del Sur. Crecer cerca de las costas me hizo desarrollar el amor por el mar, las playas y los atardeceres.  Pero no fue hasta este año que descubrí que este turismo se llama azul o de actividades náuticas.

Estos viajes buscan conectar al turista con los océanos a través de deportes acuáticos como kayak, submarinismo, snorkel, poodle, buceo o nado. En República Dominicana se realiza, entre otros lugares, en la isla Saona, Sosua, Cabarete, Cayo Arena.

Álbida Segura haciendo turismo blanco en los Poconos, Pensilvania, EE. UU.

Viajar a Canadá, Suiza, Finlandia, Noruega y Estados Unidos para vivir el turismo blanco, es decir, el de nieve, montañas y deportes de invierno es muy frecuente en algunas personas. El turismo blanco se desarrolla al aire libre, cuando el viajero decide practicar esquí, snowboard, o escalar una montaña de nieve.

Pero también el turismo blanco engloba los viajes holísticos para encontrarse con su interior, relajarse, conectar con la espiritualidad o meditar. Lugares como el Tíbet, Tailandia y La India, son muy socorridos para vivir esta experiencia.

El turismo rosa está vinculado a la comunidad LGBTQ*. Este se ha ido implementando a medida que la tolerancia y la aceptación social del destino turístico es más amigable y respetuoso de los derechos de las personas. España, Brasil, Alemania, México y Estados Unidos son naciones conocidas por realizar el desfile del orgullo gay, donde acuden muchos turistas para vivir de primera mano esta celebración.

Turismo negro está vinculado con la tragedia, muerte y dolor. Aquí el turista acude a los lugares históricos donde ocurrió algún hecho lamentable como la Zona Cero (caída de las Torres Gemelas, Estados Unidos), el desastre nuclear de Chernóbil (Ucrania) o el campo de concentración de Auschwitz (Polonia).

El turismo verde es para sumergirte en la naturaleza, por el mero placer de disfrutar su verdor, sus sonidos, sus recreaciones, que pueden ser desde largas caminatas por el follaje de Jamao al Norte, el senderismo que realizas en el Parque J. Armando Bermúdez en Constanza o la escalada que te brinda el Pico Duarte.

Karla Alcántara haciendo kayak en Jamao al Norte, provincia Espaillat, RD

Esta entrega termina con el turismo rojo. Se definen como los destinos con ideas comunistas como Rusia, China, Corea del Norte y Cuba. Por eso no es extraño escuchar “Quiero ir a Cuba antes de que caiga el régimen” o «¿Cómo sería visitar a Corea del Norte con todo y su régimen totalitario?

¿Conocías de estos colores? ¿Cuál has hecho? ¿Cuáles harías?

Karla Alcántara/ Párate ahí tours

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